Observando nuestro entorno, rápidamente nos damos cuenta de que muchos de los atractivos naturales del territorio son los mismos que nos promocionan, los que nos hacen interesantes ante el turista que, hasta ahora, se ha acercado a la provincia de Huesca en una búsqueda del descanso, la gastronomía, la naturaleza y la aventura.
Hay viajeros que llegan a la provincia para disfrutar de nuestros dominios esquiables, practicar el senderismo, el cicloturismo, la observación de las aves o practicar deportes al aire libre en más de 15.000 kilómetros de paisajes. Las diferentes empresas vinculadas al sector del turismo en la provincia de Huesca son las que mejor están funcionando durante los últimos cuatro años a la hora de mantener el empleo y ahora, más que nunca, Huesca está atrayendo al visitante con su gastronomía, acercándose a aquellos que viajan pensando en los productos locales y la restauración.
En la provincia de Huesca:
Si pensamos en una materia prima, en una de las protagonistas de la esencia de la gastronomía oscense, pensamos en la tuber melanosporum, la trufa negra de Huesca. Este producto del territorio es un valor añadido en las cocinas de la provincia, y entorno a él gira una de las mayores citas de promoción de la trufa a nivel nacional, la séptima edición de Trufa-te.Una jornada de gastronomía, convivencia y promoción que la Diputación Provincial de Huesca organiza desde 2008 con el objetivo de acercar a diferentes puntos del territorio uno de los productos más característicos y exquisitos de la gastronomía provincial.
Más de 15.000 personas han participado ya en este evento que ha recorrido las localidades de Huesca, Barbastro, Jaca, Aínsa, Tamarite de Litera y Sabiñánigo y que este año se celebrará en la localidad conocida por albergar uno de los más destacados mercados internacionales de este producto, la Plaza Mayor de Graus, el sábado 22 de febrero a partir de las 12.30 horas. Con cerca de 10 kilos de trufa se cocinarán alrededor de 10.000 tapas por nueve restaurantes de la Ribagorza.
Alcachofa trufada con royal de foie, huevos estrellados a la trufa, rissoto de trigo tierno con trufas y longaniza de Graus o una fría tentación a base de queso de Benabarre, tomate rosa de Barbastro y helado de trufa. Estos son solo algunos de los nueve platos diferentes, con la tuber melanosporum de Huesca como ingrediente común, que abanderarán uno de los mayores eventos populares en torno a la trufa. Organizada por la DPH, participarán cerca de una decena de restaurantes de la Comarca de La Ribagorza. Debido a su característico sabor, la trufa negra de Huesca marida con cualquier otro alimento, y eso es lo que quieren mostrar los establecimientos participantes con sus respectivas recetas.
La cita es itinerante, de forma que no solo el cultivo de este hongo alcanza a gran parte del territorio altoaragonés sino también su valor gastronómico, que en esta edición se traslada a una de las zonas con mayor asentamiento, Graus, donde se localizan prácticamente la mitad de la producción de toda la provincia. «El oro culinario, a la venta en Graus»
El territorio es una de las provincias con mayor peso del sector trufero del país (cerca de 1.000 hectáreas), donde se está desarrollando un programa de fomento de cultivo y la investigación, siempre de la mano de la Asociación de Recolectores y Cultivadores de la Trufa de Aragón, en torno a la tuber melanosporum, y con el apoyo de las acciones promocionales de «Huesca, La Magia de la Gastronomía», que llevó la trufa a la cumbre internacional Madrid Fusión 2014.
La truficultura es todavía una actividad emergente, para la que se está mirando hacia un futuro, a través de la innovación y el conocimiento de lo que puede dar a un territorio un producto que une la realidad de un sector a caballo entre la actividad agrícola y forestal, el laboratorio, el campo y, cómo no, la mesa.
De color negro y de alto valor ecológico, la trufa negra es uno de los secretos que aguarda la provincia de Huesca, una joya gastronómica cuyo nacimiento tiene lugar al abrigo de las raíces de encinas o robles, y que está permitiendo transformar la agricultura tradicional de este territorio.
Un maridaje para el turismo y lo local, la trufa y el sector agroalimentario de la zona, una apuesta por un producto diferencial en el mercado agroalimentario internacional que cada año mejora sus resultados. Agentes e instituciones han colaborado para desarrollar y mejorar los cultivos y la institución provincial ha vuelto a poner a disposición de los truficultores una nueva convocatoria de ayudas al cultivo de la trufa, dotada con 350.000 euros y que permitirá, en una doble vía, la instalación de nuevas plantaciones y la mejora de las existentes.
Además, la institución y el Ayuntamiento de Graus colaboran en otros proyectos como el Mercado de la Trufa o el convenio para el mantenimiento y gestión del Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura. El centro, dedicado a la investigación en aras de mejorar la producción y el aprovechamiento de la trufa, ha puesto en marcha recientemente la prestación de nuevos servicios, como el asesoramiento, la formación o la edición de materiales de interés para el cultivo de la trufa