En Europa, más diez millones de turistas de naturaleza viajan con dedicación especial a la observación de aves. España es un polo de atracción para estos turistas, dado su enorme potencial en Reservas de la Biosfera y Parques Nacionales. Esta es una actividad que cada vez se está potenciando más, promocionando en todo el mundo a España como destino de turismo ornitológico y ecoturismo.
Esto ha motivado a la Sociedad Española de Ornitología a crear una marca (Iberaves) que distingue a los alojamientos provistos de servicios adecuados para esta práctica. Dentro de estas cifras, la provincia de Huesca continúa posicionándose como un destino ideal para esta práctica, convirtiéndose en uno de los mayores paraísos ornitológicos del sur de Europa.
La magia del paisaje nórdico de la Península Ibérica; sus valles, lagos, laderas, picos, ibones, mayos y sus parques naturales son el enclave perfecto para el avistamiento de aves en una provincia que ofrece una experiencia única en esta práctica. El visitante conocerá uno de los más espectaculares patrimonios naturales de España, un territorio que alberga una de las faunas más impresionantes de Europa, convirtiéndose en uno de los mayores paraísos ornitológicos del sur del continente. Un lugar de visita obligada para los amantes de los pájaros es la Laguna de Sariñena, el hogar invernal de más de 12.000 aves y donde se pueden observar más de 200 especies acuáticas diferentes.
El Prepirineo se ha convertido, además, en un enclave idóneo para poder ver el vuelo imperial del quebrantahuesos, ya que aquí se encuentra la población más importante de Europa. Para entender la fauna y la flora existen, además, numerosos centros de interpretación como el Ecomuseo de Aínsa o el Aula de Naturaleza Ramón Vives-Castillonroy.
Contacto con la fauna y naturaleza, también en familia
Bisontes, linces, osos, ciervos o renos son algunas de las 13 especies de animales que se encuentran en el Parque Faunístico de los Pirineos, La Cuniacha. En la comarca del Alto Gállego, a 1.380 metros de altitud, este enclave lleno de encanto se convierte en un balcón desde el que disfrutar de las vistas del valle, de Peña Telera y de toda la sierra de La Partacua.