Viajar de forma sostenible, degustar productos locales, conocer en profundidad el patrimonio y cultura de un territorio e integrarse con el entorno. Todo ello sin rutas a contrarreloj, agobios de horarios, cambios de avión y colas interminables. Sin prisas, ni atascos. Es lo que busca el turista que escapa de la gran ciudad, es lo que ahora entendemos como Turismo Slow.
El Movimiento Slow propone una forma de vida menos frenética y más respetuosa con el medio ambiente y el desarrollo local. Las ciudades declaradas como Slow, pertenecientes a la Red Estatal de Municipios por la Calidad de Vida, deben cumplir con una serie de requisitos relacionados con su política ambiental y urbanística, fomentar las nuevas tecnologías en pro de del bienestar de los ciudadanos y la puesta en valor de las producciones autóctonas.
El Movimiento Slow surgió para combatir el auge de los restaurantes de comida rápida, por lo que en un principio perseguía impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, los orígenes y las tradiciones. Más info.
Lo que buscan los “turistas lentos”. ¿Qué debo ofertar como destino slow?
Uno de los inconvenientes con los que se encuentran los viajeros a la hora de realizar una escapada “lenta” es la dificultad para organizar su salida y disponer, de forma sencilla, de todos los recursos que necesitan en un área abarcable, no muy extensa, para evitar la sensación de ir de un lado para otro.
Los turistas lentos valoran las infraestructuras y la logística, una casa rural, hotel, balneario o camping en un entorno donde puedan practicar actividades, alquilar equipos o reponer fuerzas en un restaurante recomendado en su propio alojamiento. Buscan lugares de ambiente familiar y acogedor y una buena oferta gastronómica con buena relación calidad-precio.
Además, este tipo de turismo está unido al ecoturismo, que se practica en entornos rurales, con un ritmo de vida pausado, rodeado de naturaleza y en parajes no masificados. Y también, en muchas ocasiones, los viajeros buscan realizar deportes de montaña, como trekking, rutas en bici, descenso de barrasmos, rafting, escalada o piragüismo.
El decálogo del Slow Turism
- ¿Un destino? Una zona limitada, abarcable, de una región.
- ¿Tiempo? Mínimo una semana en el destino elegido, sin prisas.
- ¿Tipo de alojamiento? Pequeño, una casa rural, refugios o posadas.
- ¿Y una vez en el destino? El turista visitará las tiendas, bares o restaurantes locales.
- ¿Desplazamientos? A pie.
- ¿Guías? Las cambiamos por libros de viaje.
- ¿Actividades complementarias? Paseos, rutas en bici, deporte…
- ¿Qué comer? Productos locales.
- ¿Qué visitar? Patrimonio local, lugares sin masificar.
- ¿El objetivo? Dejarse llevar y disfrutar de experiencias únicas.
¿Dónde practico turismo Slow?
La provincia de Huesca ofrece multitud de opciones para combinar el descanso y el relax de un balneario o una casa rural en mitad de la naturaleza con la experiencia de practicar un deporte de aventura o disfrutar de Parques Nacionales y Reservas Naturales.
En TuHuesca hemos preparado toda la información que un viajero necesita para planear su escapada, sin prisas una vez allí, pero sin dificultades para preparar tu viaje.
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La observación de la naturaleza, la riqueza natural de un territorio que queda preservada gracias a la reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala, destino ineludible para este tipo de turismo.
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Otros destinos…
Munguía y Lekeitio, en Vizcaya, fueron unos de los primeros municipios en acogerse a este movimiento. En otro ambiente, Palafrugell, Begur y Pals, tres municipios de la Costa Brava, también pertenecen a CittaSlow. Navarra es otra de las regiones de la lista de Slow Turism.